La CAM y Bancaja se han sumado a la nueva guerra financiera de las comisiones, iniciada por el Santander para mejorar la imagen y ganar clientes en unos momentos en que la subida progresiva de los tipos hipotecarios, y por tanto de las cuotas mensuales, puede deteriorar las relaciones bancarias de miles de usuarios endeudados.
Probablemente, como otras batallas financieras anteriores (depósitos, fondos de inversión, planes de pensiones, hipotecas), todas las entidades terminarán entrando antes o después en la pugna por la fidelización del buen cliente . Los usuarios esperan impacientes movimientos iguales o superiores a los de Emilio Botín, por parte de Cajamurcia, Cajamar, BBVA, Cajamadrid, Banco Popular, La Caixa, etc para lograr que los 176 euros anuales de media que pagan se vean sensiblemente reducidos
El modelo impuesto por el SCH elimina aquellas comisiones relacionadas con el uso de la cuenta corriente de los clientes que tienen contratada con el banco una hipoteca, un plan de jubilación o tengan domisiliada la nómina o su pensión. Realmente no supone un beneficio exagerado para la entidad (el 13% del total de los ingresos por este concepto), pero si es un cambio importante en relación con lo que ocurría hasta ahora.
En diez años, coincidiendo con la tendencia a la baja de los tipos hipotecarios - movimiento pendular inverso al de ahora- los bancos han triplicado el importe de lo que cobran a sus clientes por este concepto. Según el Banco de España, las comisiones netas que cobran son hasta un 25% más altas que la media europea, de ahí que se hayan multiplicado las quejas de los usuarios en los últimos años.
Aunque los consumidores se han apresurado a alabar el ¿gesto? de Botín han mostrado su inquietud ante la posibilidad de que la iniciativa esconda posteriores subidas de otros productos y servicios (custodia de valores, fondos de inversión, planes de pensiones, etc).
Piden, pedimos todos, un compromiso de transparencia y unas normas que regulen los criterios en el cobro de comisiones, no en vano en los últimos años este concepto ha sido la otra estrella en las suculentas cuentas de resultados bancarios. |