El Banco de España no ceja en su empeño de recomendar prudencia y mesura a las entidades bancarias a la hora de conceder hipotecas. El banco emisor ha alertado sobre los riesgos que puede comportar la proliferación de los préstamos de muy larga duración, como los de 50 años que han surgido últimamente.
En un mercado en el que cada vez es más habitual que las entidades ofrezcan créditos por el 100% del valor de la vivienda, el director general de supervisión financiera del Banco de España, Pedro Pablo Villasante, cree que el límite del 80% del valor de tasación como cuantía del préstamo es "el más razonable".
Para Villasante, las hipotecas a 50 años constituyen un motivo de atención para los supervisores no sólo en España. En su opinión, "afloran nuevos riesgos que es necesario gestionar con rigor dada la escasa experiencia acumulada", lo que exige que se deba "informar de manera adecuada a los clientes".
Criterios de concesión de préstamos
El director de supervisión financiera cree además que comercializar nuevos productos por parte de las entidades por simple "mimetismo" puede llevar a "relajar" los criterios de concesión de préstamos. Se deben "mantener elevadas exigencias de control interno, mejorándolas y haciéndolas sensibles a los riesgos a que se ven expuestas nuestras entidades", así como "anticipar situaciones desfavorables y mitigar efectos adversos".
Villasante, que intervino en el "Encuentro 2006 del Sistema Financiero", también argumentó que bancos, cajas y cooperativas de crédito han de analizar cuidadosamente la situación del demandante de una hipoteca, su salario actual y sus perspectivas económicas de futuro.
Abanico de ofertas
Los altos precios de la vivienda han llevado a las entidades de crédito a lanzar hipotecas a más largo plazo que las habituales. Estos préstamos largos permiten acceder a unos pagos mensuales asumibles por los clientes.
El precedente informe semestral sobre solvencia financiera que elabora el instituto emisor también incluyó un extenso apartado de advertencias ante la nueva etapa que se ha abierto para el crédito hipotecario. Con el nuevo abanico de ofertas el cliente ya puede elegir, no sólo el régimen de tipo de interés (variable, fijo o una combinación de ambos), y el plazo de amortización (que puede llegar a 50 años), sino también el sistema de cuotas periódicas (fijas o variables) ajustando el plazo de amortización a lo largo de la vida del crédito. Y las entidades le proponen periodos de carencia de hasta cinco años, o aplazar hasta el vencimiento el pago de un 30% máximo del importe del crédito.
Existen, además, líneas de crédito hipotecario multiuso (la primera disposición ha de destinarse a la compra de vivienda, pero sucesivas pueden dedicarse, bajo ciertas condiciones, a fines distintos), así como ofertas de productos que permiten a los hogares endeudarse con cargo a la revalorización del patrimonio inmobiliario.
Funcionan, además, las denominados cuentas de crédito, con servicios similares a los de una cuenta corriente, que permiten utilizar directamente la revalorización experimentada por la propiedad de inmuebles como garantía de liquidez.
Periodo de aprendizaje
El Banco de España ha reconocido que esta "nueva gama" de productos permite acceder al crédito a colectivos que antes padecían mayores limitaciones, lo que explica el fuerte avance de la actividad, a ritmos que se mantienen en torno al 24%.
Y si bien admite que la mayor diversidad va a permitir diversificar el riesgo, y hará posible el aumento del bienestar social, recuerda que también conlleva la necesidad de "un amplio periodo de aprendizaje" para que entidades, clientes y reguladores "entiendan plenamente el funcionamiento y los riesgos asociados a los nuevos productos, con los consiguientes costes". |