El temor a la gripe aviaria hace caer el precio del pollo hasta un 35% en sólo una semana
10/03/2006

Los consumidores a los que la amenaza de la gripe aviaria no atemoriza siguen siendo mayoría en el mercado murciano de Verónicas. Por eso, ayer más de uno aprovechó para hacer acopio de pechugas y muslos en cuanto se percató de que los precios del pollo estaban a la baja. Y eso que en los mostradores la caída es todavía moderada, de unos 20 céntimos el kilo como mucho. Donde los precios se han hundido es en la venta en origen. En una semana, el pollo vivo ha caído un 35% en las lonjas, según los datos que maneja la asociación más fuerte del sector, Propollo. Esta carne se vende ahora en origen a 55 céntimos el kilo como media, cuando el coste de producción se estima en 88 céntimos. La patronal alerta de las consecuencias que esta situación puede acarrear para el sector.
Los datos que maneja la Consejería de Agricultura son algo menos alarmistas. El precio en origen habría caído un 21%, pasando de 1,08 euros a 85 céntimos el kilo.
Se manejen unas u otras cifras, la caída es innegable, y se nota a pie de mercado. «Aquí el pollo ha bajado un 30%», explicaba ayer Ricardo Velasco, carnicero de un puesto de Verónicas. «La semana pasada nos llegaba a 1,80 o 1,90 el kilo, y ahora lo compramos a 1,25», comentaba. Por contra, el cerdo y la ternera han subido. «Al final no nos está afectando tanto, porque la gente sigue comprando carne, y si se lleva menos pollo, se decanta por otras cosas», contaba. «Antes pedíamos cinco o seis cajas de pollos al día, y ahora hemos llegado a pedir sólo dos o tres». Cifra la caída del consumo en un 60%. Pero estos cálculos son, para otros tenderos de Verónicas, desorbitados. «Aquí no lo hemos notado tanto; la gente sigue comiendo pollo; sigue siendo el rey de la carnicería», sentenciaba Mari Carmen Ortiz.
Sus precios de venta al público sí han bajado. La semana pasada vendían el kilo a 2,60 euros. Ahora lo hacen a 2,40. Mientras, Fernando Estevez ha bajado en su puesto los precios de 2,50 a 2,30.

Estas fluctuaciones no pasaron ayer desapercibidas para los clientes. «Acabo de comprar y lo he notado», decía contenta Regina López. «Mira, yo voy a seguir comiendo pollo, porque no te puedes asustar cada vez que pasa una cosa de estas», comentaba segura. «Es lo mismo que ocurrió con las vacas locas o la lengua azul. Un día el problema estaba en la ternera y ahora parece que está en el pollo. Pues yo voy a seguir comiendo de todo», zanjaba. A su amiga Isabel Mateos no se le notaba tan segura. «Yo por el momento he decidido no comer pollo, aunque es verdad que huevos sí compro, con lo cual tampoco es que tenga mucho sentido», reconocía.
Los miedos de consumidores como Isabel es lo que preocupa a comerciantes y productores. Blas Guillamón está dedicado en cuerpo y alma al pollo, porque es, junto al conejo, lo único que vende en su puesto de Verónicas. «Me dicen que como esto se ponga feo voy a tener que pasarme al cerdo y la ternera, pero yo siempre digo que no. Alguien tendrá que seguir vendiendo ave», comentaba ufano mientras despedazaba una pieza.
Eso sí, Blas muestra bien a la vista los carteles que demuestran la calidad de sus productos. «La gente sabe que aquí vendemos huevos y carne de la zona, y no nos traemos cosas raras; tienen confianza».
Datos alarmantes
Mantener esa confianza de los consumidores es una de las preocupaciones de la Interprofesional Avícola (Propollo), que ayer lanzó la voz de alerta sobre la caída de los precios, según recogió la agencia Efe.
Propollo realiza la medición de precios en la Lonja de Bellpuig (Lérida). Allí, esta carne se vende esta semana un 35,3% más barata que la anterior, dejando el precio por debajo del coste de producción. Mientras, la Consejería de Agricultura murciana, que basa sus datos en los precios de la lonja de Reus, cifra esta bajada en un 21%.
El presidente de Propollo, Federico Félix, destacó que esta caída es normal dado el consumo retraído de este tipo de carnes, a pesar de los mensajes lanzados, que abundan en la total calidad y seguridad alimentaria de la carne española.
Eso sí, el sector espera que los precios se mantengan por debajo del coste de producción sólo de manera transitoria. Los productores confían en que se normalice el consumo en un par de semanas, «si no pasa nada». De esta forma, Propollo cuenta con volver pronto a la situación de febrero. De hecho, el informe del Ministerio de Industria sobre la evolución de precios, que se hizo público ayer, indica que esta carne subió un 2,20% el mes pasado, y el kilo se elevó a los 2,42 euros.
Además, la Interprofesional Avícola destaca que la situación en España no es tan grave como la francesa o la italiana, donde las importantes caídas del consumo ya han provocado el cierre de algunos mataderos e industrias, y han motivado incluso regulaciones de empleo en el sector. El presidente de la Lonja de Bellpuig (Lérida), Juan Vives, destacó que esta caída del precio es lógica tras los continuos mensajes de alarma que recibe la sociedad en torno a la gripe aviaria, que de momento «sólo es una enfermedad animal que no afecta al consumo». Señaló que el desajuste que el menor consumo está ocasionando en el mercado entre la oferta y la demanda hace que los operadores traten de incentivar al consumidor bajando los precios.
El presidente de la Asociación de Mataderos y Salas de Despiece de Aves (Amaco), Claudio Arenas, insistió en que el sector vive una situación muy preocupante, ya que la tendencia bajista del consumo en las tres últimas semanas hace que dejen de salir al mercado más de un millón de pollos a la semana.

 

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