La Verdad 5/2/07 Una vez que se unifiquen las medidas, la Inspección pondrá multas por publicidad engañosa a quien incumpla el acuerdo
PAZ GÓMEZ/MURCIA
El vacío legal les dejó las manos atadas, pero los inspectores de Consumo de la Comunidad Autónoma de Murcia ya dieron la voz de alarma al Ministerio de Sanidad contra la manipulación a la baja del tallaje de la ropa dirigida a chicas jovencitas hace dos años. Descubrieron que hay tiendas de la Región en las que se venden modelos que miden una talla menos de la que marca la etiqueta; es decir, la 38 en realidad es una 36.
Ahora el acuerdo de autorregulación para unificar las tallas, firmado entre el Ministerio de Sanidad y un grupo de empresas fabricantes y distribuidoras de moda, da alas a la Inspección de Consumo para escudriñar los parabanes de esos establecimientos y aplicarles una sanción, siempre que hayan suscrito el convenio. ¿El objetivo? Evitar que más adolescentes se vuelvan anoréxicas o bulímicas por culpa de la tiranía de la extrema delgadez.
La talla que usa una mujer se ha convertido en un secreto a resolver en cada operación shopping. Si el modelo deseado resulta que se rige por patrones alemanes, la compradora saldrá eufórica de la tienda con una talla menor de la que presupone que necesita. Si por contra es una marca italiana para jovencitas, quizás no pueda embutirse ni en la medida más grande disponible en ese modelo. Depresión al canto. Y no es una exageración.
La delgadez sigue siendo sinónimo de belleza y una falsa prebenda para obtener éxito social. Cierto es, como apuntan especialistas clínicos y asociaciones de afectados, que los temidos trastornos alimenticios se ceban más entre las adolescentes, pero las mujeres de mediana edad tampoco están exentas de esta lacra psicológica que merma su salud y a veces las mata.
La Asociación de Apoyo para las Enfermas de Anorexia y Bulimia (Adaner) tiene constancia de unos 6.000 casos declarados en la Región, aunque calcula que la prevalencia de afectadas en estado incipiente puede alcanzar los 40.000 murcianos. El 90% siguen siendo mujeres y ya se conocen casos en niñas de 7 u 8 años.
Frente a este panorama, el Ministerio ha firmado el citado acuerdo con Inditex (Zara, Massimo Dutti, Pull and Bear, Stradivarius), Mango, El Corte Inglés, la Asociación de Creadores de Moda de España, la Federación Española de Empresas de la Confección y la Agrupación Española del Género de Punto. La idea es estandarizar unos patrones que reflejen las medidas reales de las españolas. Sanidad someterá aleatoriamente a 8.500 mujeres, de entre 12 y 70 años, un estudio antropométrico que realiza una cabina láser. Además, los maniquíes de los escaparates tendrán que ser vestidos con una talla 38 como mínimo y la 46 dejará de considerarse especial.
Desde Murcia el director general de Consumo, José Gabriel Ruiz, valora esta iniciativa como un intento de acabar con «un problema serio de salud», y por eso adelanta que desde su departamento se actuará contra los comercios suscritos si vulneran esos patrones. «Se levantará un expediente sancionador por publicidad engañosa, con multas desde 3.000 euros, dependiendo de la envergadura de la manipulación», avisa Ruiz.
La caja no mermará
Aunque la Federación de Comercio Minorista de Murcia afirma estar de acuerdo con la unificación de tallas, tampoco muestra mucha algarabía. En la calle, a pie de tienda, la noticia se vive con escepticismo y poco entusiasmo. «El problema de la anorexia es nervioso. Si quieren un modelo, yo voy a vender igual, pero si está obsesionada con la delgadez, necesita ayuda profesional», defiende Brígida Cremades, de la tienda M-53, en la calle Jabonerías de Murcia.
Tanto Isabel como María José, encargadas de Bershka y Mango, ven positivo que las medidas sean idénticas para que «las niñas no lo pasen mal si no entran en la talla que pensaban porque se van hundidas». ¿Y su efecto en las ventas? Todos coinciden en que la caja ni crecerá ni menguará.
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