La Verdad 19/8/07 La mitad de los productos inmovilizados, peluches, muñecos y ejemplares con ventosa, estaban fabricados en países asiáticos
YOLANDA VEIGA/LA VERDAD
Casi medio millar de artículos puestos a la venta el año pasado en España no eran seguros. Juguetes, pequeños electrodomésticos, herramientas y otros objetos -la mitad fabricados en Asia- fueron retirados del mercado en el 2006 porque sus piezas pequeñas, aristas cortantes o cables mal sujetos, entre otras deficiencias, suponían un riesgo para el consumidor. Integran la red de alerta española, que el año pasado recibió concretamente 483 avisos sobre objetos peligrosos, más del doble que hace dos años, ya que las inspecciones y el control sobre los productos a la venta han aumentado -en 2005 se realizaron un centenar de campañas de control, en 2006 unas 300 y este año se prevé alcanzar casi el millar-.
La voz de alarma la dan las autonomías y el Instituto Nacional de Consumo se encarga de difundir el listado de productos de riesgo por todo el país. «La alerta se produce a raíz de las inspecciones que llevan a cabo las comunidades, por denuncias de particulares o por accidentes, aunque muchas veces son las propias empresas las que avisan», explica Paloma Deleuze, consejera técnica del Instituto Nacional de Consumo. Eso es lo que hizo Mattel; ordenó el martes la retirada de 18 millones de juguetes, 500.000 en España, tras comprobar que contenían elevados niveles de plomo o piezas demasiado pequeñas.
Este mismo sistema se aplica a nivel europeo, de manera que las notificaciones por productos defectuosos detectados en un país se comunican rápidamente al resto. En el caso de Mattel, el aviso se dio a las autoridades británicas, que informaron a la Comisión Europea y ésta a todos sus miembros, aunque ayer la Confederación de Consumidores y Usuarios denunció que en algunas jugueterías continuaban aún a la venta algunos de los juguetes peligrosos.
Una vez que ha corrido el aviso, comienza a funcionar el engranaje y se restringe la comercialización del artículo. «Resulta casi imposible llegar a todas las tiendas. Los fabricantes deben facilitar a la Administración un listado de clientes donde lo han distribuido y comprometerse a no comercializarlo, además de enviar un escrito a los distribuidores», señala Deleuze.
Alargadores y enchufes
Del total de artículos problemáticos detectados en España en el 2006, una cuarta parte -123 tipos de productos, que se traducen en 80.000 unidades- eran juguetes: la mayoría, peluches y muñecos con sonidos y artículos con ventosas que contenían piezas pequeñas o puntas punzantes y suponían un «riesgo muy grave» de asfixia y cortes. «Cuando se trata de los niños, la preocupación por la protección y el control es mayor porque es un colectivo muy vulnerable», aclara la responsable de la red de alerta.
En un porcentaje similar se ordenó la retirada de material eléctrico, fundamentalmente alargadores y enchufes que presentaban riesgo de choque eléctrico o incendio. Por los mismos motivos, las autoridades autonómicas alertaron también del peligro de 61 clases de luminarias -lámparas y guirnaldas- a la venta. Medio centenar de artículos de puericultura -vestidos, chupetes y cambiadores- presentaban deficiencias y riesgo de lesiones, asfixia o intoxicación para los bebés. Completan el listado de productos denunciados los vehículos -suelen ser los fabricantes los que alertan del peligro-, los objetos de decoración y de ocio, los pequeños electrodomésticos y los artículos de bricolaje.
De las 483 notificaciones recibidas, más de un tercio las emitió la Comunidad de Madrid, seguida de Cataluña y Galicia. A consecuencia de estas denuncias se retiraron del mercado más de 300.000 unidades -la mitad, de origen asiático-, y otras 42.000 fueron destruidas. «Los artículos con deficiencias subsanables pueden volver a la venta una vez corregidos», advierte Deleuze
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