La Verdad 6/8/08 La estafas on line de phishing car se detectaron en España hace dos años. Y si todavía existen es porque los internautas siguen picando. Los ciberestafadores han ido perfeccionando esta modalidad de fraude con la que consiguen dinero de forma fácil y rápida a través de una supuesta venta de un vehículo. Las ofertas suelen ser de automóviles de gama alta con precios muy bajos. Por ejemplo, un Mini Coupé BMW por 4.000 euros, según informa la Asociación de Internautas (AI).
La dinámica para estafar es sencilla: los delincuentes contactan con personas que venden su coche usado en portales auténticos tipo Segunda Mano. Se muestran interesados en el vehículo. Se hacen los desconfiados y, con la excusa de comprobar que el vehículo es legal, piden información al propietario, quien les envía documentación del coche (los datos del seguro, matriculación, titularidad...) y una fotocopia del DNI para demostrar que es realmente el propietario.
Una vez conseguida la información, descargan la imagen del automóvil e insertan -a veces incluso en la misma web- un anuncio basado en ese coche pero con un precio mucho más bajo y los datos de contacto (teléfono y correo electrónico) del estafador. Figura el nombre del verdadero propietario, quien se convierte en el primer estafado.
El segundo es el internauta que compra: ve el anuncio, contacta con el falso vendedor que le envía los papeles obtenidos del dueño real. Para que termine de creerse la oferta, pone en marcha el plan B. Le propone realizar la transacción a través de un intermediario, una empresa de vehículos. Se supone que ésta le entrega el coche en el domicilio cuando realice el primer ingreso. La página web (y la empresa) es falsa, aunque parece fiable. Una vez decidida la compra, la empresa intermediaria pide el abono de una señal a través de una agencia de envío de dinero como Western Union o Money Gram, que son compañías legales. «El problema es que, cuando los envíos son menores de tres mil euros, el destinatario puede retirar el dinero sin dejar rastro, tan solo debe indicar un número de localizador», explica Ofelia Tejerina, defensora del internauta de la AI.
El final de la historia es fácil de imaginar: el coche nunca llega a manos del comprador. Los ciberdelincuentes modifican o eliminan la web de la empresa de vehículos que hace de intermediaria y cambian (o reutilizan en otro portal) el anuncio para intentar un nuevo engaño y conseguir más dinero. Tanto en la suplantación de la identidad (sería el primer estafado) como si pica y efectúa el pago (el segundo) debe denunciarse en comisaría, aconseja Tejerina.
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