La Verdad 11/7/05 Los apagones amenazan el verano
Los récords de demanda de los últimos días ponen en evidencia lo vulnerable del sistema El Gobierno quiere aumentar el número de consumidores con interrupción voluntaria del suministro, que ahora es de 200 empresas, y penalizar el derroche de energía
ANA BARANDIARÁN/LA VERDAD
El verano ha llegado impetuoso este año, con temperaturas de más de 40 grados en algunas zonas de la Península. Y cuando se dispara el mercurio en los termómetros, lo mismo ocurre con el consumo de electricidad por el uso generalizado de aparatos de aire acondicionado. Días atrás se batieron récords de demanda -superiores a 38.600 MW-, que han puesto al límite el sistema. Aunque los expertos del sector sostienen que España está mejor blindada que sus vecinos ante esta amenaza, advierten de la necesidad de incrementar la seguridad del suministro.
La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear advirtió el jueves que las redes de distribución de electricidad están congestionadas. «Los transformadores eléctricos están ardiendo», afirmó de modo metafórico. Los analistas indican que hay que seguir trabajando por el lado de la oferta, para reforzar la generación y, sobre todo, la distribución, que continúa siendo el punto más débil. Pero cada vez resulta más evidente que también se debe actuar sobre el desbocado consumo. De ahí las iniciativas planteada por Industria de penalizar el derroche a través de un tarifa progresiva, de interrumpir voluntariamente el suministro a más usuarios (en la actualidad hay 200 empresas industriales con interrupción voluntaria) y de retomar el debate sobre la energía nuclear.
Sin embargo, el riesgo de que podamos sufrir un colapso como el de Italia en 2003 es menor. Ello se debe a queEspañasiempre se ha considerado como una isla desde el punto de vista energético y se ha esforzado por lograr el autoabastecimiento. Apenas importa un 5% de lo que se consume. «Su punto débil es la distribución, porque hay partes de España donde durante años no se ha invertido lo necesario en redes», afirma Jacinto Lobo, director general de Bizkaia Energía. Los últimos apagones que se han producido, como los del verano pasado en Andalucía, se han atribuido al defectuoso mallado.
Actuar sobre la demanda
Por el lado de la oferta, por tanto, están claros los pasos que hay que dar para evitar los apagones. Otro asunto es que las compañías eléctricas, responsables de la generación y de la distribución de la luz, exijan una justa remuneración para todas las inversiones que deben acometer, lo que se traduce en una subida de la tarifa.La otra cara de la moneda que se debe analizar es la demanda porque, según asegura el Ministerio de Industria, «en España se derrocha energía». «El consumo es mucho mayor del que corresponde por crecimiento económico y demográfico», advierten fuentes del departamento que dirige José Montilla. «Por mucho que se invierta, la demanda va siempre por delante», indica Javier Treviño, directivo de REE.
El ministro Montilla ya ha anunciado la penalización del derroche, a través de la tarifa. De esta forma, se establecerá «un precio mayor» a lo que exceda «de un consumo razonable». No obstante, fuentes del ministerio también reconocen que es una medida muy compleja de instrumentar. Es difícil poner los baremos de lo que es razonable.
La patronal, sin embargo, no confía demasiado en esta iniciativa. «En España la factura de la luz es la segunda más barata de Europa. Un hogar gasta de media unas 60.000 pesetas al año -360 euros-, una cantidad muy baja en relación a otras partidas. La gente no va a esforzarse en ahorrar por mucho que pongas un sobreprecio a partir de un determinado consumo. Pagar 20 euros más al año no va a hacerles cambiar de costumbres», apunta Unesa.
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